Lumina

Pertenece a la familia de las Agavaceae. Esta especie es oriunda de las regiones subtropicales de África, principalmente Sierra Leona y también Asia.

Aunque esta planta pueda dar la apariencia de ser algo delicada, está lejos de ser verdad, será capaz de asombrar a su propietario por la resistencia ante el descuido de dejarla sin regar bastantes días.

Desde luego es un acierto hacerse con esta decorativa planta: es de apariencia ciertamente atractiva, ideal para una ubicación de interior, cultivo muy sencillo y poco exigente.

Posee una amplia roseta formadas por hojas grandes, lanceoladas y lustrosas, con un largo peciolo y la vena central de color anaranjado que la hace muy exótica y ornamental.

El follaje luce un color verde intenso en el haz y muy pálido en el envés.

La forma de acertar con el riego consiste en observar que el sustrato no se seque del todo, ni tampoco permanezca demasiado tiempo empapado.

Un abonado quincenal con un fertilizante líquido estándar, empleado desde la primavera hasta la finalización del verano será lo más apropiado para cubrir sus necesidades.

Para que las hojas se mantengan con su brillo natural, es preciso limpiarlas de vez en cuando con un algodón humedecido en agua jabonosa.

Le gusta las zonas del jardín sombreadas, o acaso con algo de sol tamizado por otros vegetales más altos.

En el interior hay que buscarle un lugar muy luminoso, si es posible cerca de una ventana no soleada, lo mejor es una galería cálida y fuera de la trayectoria del sol.